La Real Academia de la Lengua Española define “jugar” como hacer algo
con alegría y con el solo fin de entretenerse o divertirse.
Lo
más importante que tiene que hacer un niño a lo largo del día es jugar
libremente ya que, a través del juego crece de forma sana. Ninguna otra
actividad le permite madurar de forma más equilibrada y completa. Por
ello, el juego libre es la mejor preparación para la vida de adulto.
Cuando un niño juega tranquilo, el niño:
- conoce el mundo que le rodea
- experimenta y satisface su curiosidad
- expresa sus emociones
- imita a los adultos
- desarrolla la fantasía y la imaginación descubre el pensamiento lógico-matemático: aritmética, geometría, física, etc. a través de su propia experiencia y sus propias necesidades
- aprende a usar el lenguaje, amplia el vocabulario y la memoria
- se socializa
- aprende valores fundamentales para la vida como la generosidad, la paciencia, la constancia, la flexibilidad, la tolerancia, la frustración…
Cuando decimos que un niño juega tranquilo no quiere decir que el niño no haga ruido. Nos referimos a que el niño esté sereno y concentrado en su actividad. Y eso puede suceder estando recostado en el suelo jugando con un único cochecito durante un buen rato, o construyendo un cohete con sillas y cartones durante todo un día.
Escrito por: Maestra Cecy Carrasco
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