Hace
algunas décadas atrás, al pensar en la palabra familia, nos
imaginábamos la foto de papá, mamá e hijos. La familia ideal que se
mantenía unida a través de los años, con sus discusiones, sus cosas,
pero ahí estaban. Esa familia tenía su casa y ahí desfilaban novios,
yernos, nueras, nietos. Era lo más común.
Pero, las cosas han cambiado. Y mucho. Y para muchos. En estos días
ha aparecido un libro que sin dudas viene a ocupar un lugar especial
para muchas de las nuevas familias constituidas. Mi familia es de otro mundo de Cecilia Blanco reúne historias como la de Santi. El caso de una pareja que no puede tener hijos y lo adopta.
O como le pasó a Lu, que a sus padres les llama papá a uno y papi a
otro. Ellos la terminaron adoptando (porque los hombres no pueden tener
chicos aclara la autora) y ella chocha de la vida terminó yendo al
casamiento y contándole a sus amigos. Los padres separados, las dos
casas.
Un capítulo dedicado a embarazos por fertilización asistida, otro
dedicado a un chico que vive solo con su madre viuda. O cuando las
parejas son de diferentes culturas y en el caso de Vale, festeja dos
años nuevos. Como éstas, otras tantas historias y enredos familiares.
Un libro didáctico y especial para empezar a dialogar con los más
chicos de la casa, a comprender el mundo de estas nuevas familias y que
puede llegar a ser el puntapié inicial, para un diálogo que muchas
veces, no sabemos como encarar.
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