Los padres de Bernardo están demasiado ocupados para ponerle atención,
así que decide salir al jardín a jugar un rato, pero allí hay un
terrible monstruo con ganas de comérselo. Bernardo debe avisar a sus
padres y esperar que éstos le hagan caso. Una excelente oportunidad para
abordar la importancia de la comunicación y reflexionar con los padres
sobre el valor del diálogo con sus hijos.
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